Fecha de publicación:
17 de marzo de 2020

Mejorar la calidad de vida de nuestros mayores es posible disponiendo la tecnología al cuidado del adulto mayor. A raíz del envejecimiento de la población, cada vez son más personas las que necesitan asistencia diaria. Las nuevas tecnologías permiten ofrecer mejores servicios relacionados con la salud para los más mayores.

El mundo digital transforma la forma de prestar asistencia a las personas de tercera edad

El fenómeno del envejecimiento de la población mundial es un hecho objetivo en los países industrializados. Si al incremento de la esperanza de vida, le añadimos una baja tasa de natalidad, nos encontramos con un crecimiento del porcentaje de personas mayores entre nuestra población.

La situación actual en España es que el 17% de la población total tiene una edad superior a 65 años, lo que supone que más de 7 millones de personas superan este umbral. Y el panorama en un futuro próximo no es mucho más alentador: en el año 2050, se estima que las personas mayores de 65 años representarán más del 30% de la población y, más de 4 millones de personas, serán octogenarias.

A consecuencia de ello, cada vez existe un mayor número de personas que van a requerir de asistencia y cuidados en esta última etapa de su vida. No es de extrañar que, partiendo de este contexto, muchas empresas especializadas en el ámbito tecnológico hayan puesto todos sus esfuerzos en diseñar nuevos mecanismos, dispositivos y herramientas que permitan mejorar la calidad en los servicios de asistencia prestados a adultos mayores.

El principal escollo con el que se encuentran es que muchos de nuestros mayores son reacios al cambio y no están familiarizados con las nuevas tecnologías. Sin embargo, lo que se pretende con la innovación en el cuidado a los ancianos no es únicamente crear herramientas donde el usuario sea el propio anciano, sino que también se busca facilitar el día a día de los cuidadores, optimizando su tiempo y trabajo.

Además, este escollo al que hacíamos referencia, está abocado a la desaparición, ya que los “ancianos del futuro” contarán con más conocimientos tecnológicos, mostrando una mayor predisposición a utilizar todas aquellas tecnologías que puedan ofrecer una mejora en su bienestar diario.

Los distintos usos de la tecnología al cuidado del adulto mayor

Lo sorprendente de la tecnología es que nunca deja de sorprendernos. Es una ciencia que se encuentra en constante innovación y evolución, buscando nuevas formas de poder facilitar y mejorar nuestra vida en, prácticamente, todos los ámbitos.

El mundo digital ha irrumpido con fuerza en la asistencia para personas de tercera edad, y sus usos son infinitos: desde dispositivos de fácil utilización diseñados para llamar a los servicios de urgencias con un solo click, hasta herramientas dirigidas a evitar el deterioro cognitivo.

A continuación, algunos ejemplos de cómo se enfoca la tecnología al cuidado del adulto mayor para mejorar su calidad de vida:

Las nuevas tecnologías aplicadas a la vivienda

Dentro de las múltiples aplicaciones y utilidades de la tecnología, encontramos la domótica. La domótica es ese conjunto de técnicas dirigidas a “automatizar” una vivienda, integrando sistemas de seguridad, bienestar o gestión energética, entre otras.

Pues bien, la domótica permite que las personas de la tercera edad sean capaces de vivir solas, ofreciéndoles una mayor independencia y seguridad al suplir determinadas funciones de supervisión y atención. 

Principalmente, el uso de la domótica en este ámbito se concentra en realizar tareas de seguridad como avisar al propio anciano, y a sus familiares, cuando surja cualquier incidencia grave –incendios, fugas de agua o gas, etc-. Pero como decimos, la tecnología nunca deja de sorprendernos.

Un grupo de trabajo del Trinity College de Dublín ha diseñado al asistente robótico perfecto para las personas mayores que vivan solas. Su nombre es “Stevie” y puede cumplir una gran variedad de funciones: desde avisar cuándo debe tomarse la medicación, hasta llamar a emergencias si el usuario no responde. Además, es un robot inteligente con el que se puede interactuar, reduciendo el aburrimiento y estimulando la actividad mental. ¿El problema? Su precio, alrededor de unos 10.000 euros.

La teleasistencia y teleatención

Uno de los principales problemas de las personas mayores es el aislamiento y la soledad. Gracias a un dispositivo y a unas sencillas aplicaciones, los mayores que viven solos podrán sentirse más acompañados.

A través de las tablets o móviles, pueden establecerse nuevos canales de comunicación audiovisual con familiares u otros ancianos en la misma situación. Algunas poblaciones ya lo han puesto en marcha y los resultados son muy positivos. Además de reducir el sentimiento de soledad e incrementar la habilidad social de estas personas, también puede actuar como un mecanismo de seguridad. Permite intervenir rápidamente en caso de no poder contactar con el anciano, u observar cambios en sus hábitos o comportamiento.

Paralelamente a la tele-atención, nos encontramos con la teleasistencia sociosanitaria, muy necesaria en la actualidad. En numerosas ocasiones, los adultos mayores tienen problemas de movilidad y eso les dificulta muchísimo poder acudir al médico si no cuentan con la ayuda de algún familiar. Por ello, también se han diseñado dispositivos dirigidos a ofrecer una asistencia médica a aquellos ancianos que no se puedan desplazar. Como ejemplo, encontramos un dispositivo que cuenta con un solo botón. Presionando este botón, la persona en cuestión puede ponerse en contacto con los servicios sanitarios y, expuesta la problemática particular, o bien se procederá a realizar las recomendaciones oportunas o, se enviará a un facultativo médico para que acuda a su domicilio.

Pulseras inteligentes

Las wearables son un tipo de pulseras inteligentes las cuales pueden disponer de múltiples aplicaciones. En el ámbito del cuidado de ancianos, estos dispositivos han sido diseñados como una nueva forma de comunicarse inmediatamente con el servicio de urgencias, así como con sus los familiares, en casos de emergencia.

En síntesis, hablamos de una especie de pulsera que porta las 24 horas la persona en cuestión. Hay algunas que cuentan con un botón que, si es presionado durante más de 3 segundos, emite un aviso a urgencias y a los familiares que hayan sido designados. También existen otro tipo de pulseras que detectan las caídas y golpes que sufre su portador. Cuando detecta alguna anomalía, procede a dar aviso a emergencias y a los familiares. En este último caso, se conoce la ubicación exacta en la que se encuentra la persona gracias al GPS que lleva incorporado. 

Entre estos dispositivos, destaca el VitalBand. Se trata de un reloj inteligente que, además de avisar de manera inmediata a emergencias y a las personas designadas y, disponer de un detector de caídas, también controla el ritmo cardíaco y respiratorio.

Estimulación sensorial y cognitiva

La tecnología, además de ayudar en mejorar la asistencia de las personas mayores, también se focaliza en mejorar su salud. Estos tratamientos que van de la mano de las nuevas tecnologías, se dirigen tanto para aquellas personas que disponen de un buen estado de salud, evitando su deterioro, como para aquellas que padecen de alguna demencia o enfermedad incapacitante y degenerativa.

Para todos ellos, existen numerosos programas informáticos diseñados para potenciar las capacidades cognitivas de los usuarios, adaptándose a las necesidades particulares de cada persona. Además, se han creado apps y videojuegos donde, a través del ocio, se consigue fomentar el uso de determinadas zonas del cerebro, evitando su atrofia y debilitamiento.

Existen otras técnicas dirigidas particularmente a aquellas personas que presentan un deterioro cognitivo, implementadas a través de diferentes dispositivos como tablets o móviles, que se focalizan en estimular sensorialmente al usuario mediante ejercicios visuales y auditivos.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo ayuda la tecnología al cuidado del adulto mayor. Puede mejorar la vida de las personas de la tercera edad, y de sus familiares, otorgándoles mayor independencia en un escenario seguro y saludable. La tecnología seguirá evolucionando para aumentar nuestro bienestar.

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