Fecha de publicación:
16 de noviembre de 2020

Las nuevas necesidades asistenciales obligan a remodelar los sistemas de salud actuales, situando al paciente en el centro de la atención sanitaria

En estos últimos meses, la aparición de la Covid-19, además de comportar grandes trastornos a nivel social y económico, ha puesto en jaque a la mayoría de sistemas sanitarios de todo el mundo.

El colapso vivido en los primeros meses de la pandemia en los hospitales, no tan sólo ha mostrado la precaria situación en la que se encuentran nuestros sistemas de salud -falta de personal sanitario, carencia de materiales sanitarios, precariedad de las instalaciones y un largo etcétera-, sino que también ha reflejado la necesidad de actualizar los modelos organizativos, de gestión y de asistencia sanitaria, para hacer frente a las nuevas necesidades que emergen en paralelo a la expansión del virus. 

La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), en colaboración con la Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria, ha elaborado un documento –”Hospital del futuro” (1)- donde se plasma cómo deben evolucionar nuestros hospitales para dar respuesta a las demandas asistenciales actuales, promoviendo la idea de que el paciente debe situarse en el centro de la atención sanitaria, desarrollando así sistemas más efectivos, resolutivos y rentables, tanto para los pacientes, como para los propios profesionales sanitarios.

El futuro de nuestros hospitales

Impulsar un cambio radical en nuestro sistema sanitario es difícil, no sólo por la falta de inversión de las Administraciones Públicas, sino porque las estructuras sanitarias están compuestas por múltiples áreas, sectores y profesionales cuya gestión es, si más no, compleja.

A la innovación de nuestro sistema de salud, debe precederle nuevas infraestructuras, leyes y sistemas de gestión, que acompañen ese cambio y que permitan implantar esa transformación de manera rápida, segura y eficaz.

El documento “Hospital del futuro” apuesta por diseñar un sistema asistencial donde el paciente sea el centro sobre el cual gravita. De conformidad con el mismo, el hospital debería organizarse promoviendo una mayor implicación de los profesionales en su gestión, aumentando los recursos físicos dedicados a la actividad ambulatoria.

Asimismo, apuesta por la telemedicina y la hospitalización a domicilio como modalidades asistenciales que deben potenciarse.

Pero eso no es todo, en el documento se incluye un largo listado de recomendaciones, entre las que destacan:

  • Incrementar la proporción de camas de nivel de cuidados 1 sobre las de nivel 0.
  • Adecuar las cargas de trabajo, especialmente de enfermería, a la complejidad, lo que supondrá un aumento en la dotación de enfermeras en las salas de hospitalización.
  • Insertar al hospital dentro de una red de servicios que garantice la continuidad e integralidad de la asistencia, desarrollando programas de atención sistemática al paciente crónico complejo, incluyendo el soporte de los cuidados paliativos.Comprometer al hospital con la salud poblacional, colaborando en acciones de educación para la salud y preventivas en el ámbito comunitario.

La evolución de nuestros hospitales hacia el futuro

Ante la situación de emergencia sanitaria que arrastramos desde marzo, diferentes hospitales de nuestro país ya han puesto en marcha algunas de las recomendaciones incluidas en este documento y, aunque de manera forzada y precipitada, las medidas adoptadas han demostrado ser muy útiles, optimizando los recursos disponibles y ofreciendo una asistencia de calidad a los usuarios.

Los cambios incorporados se han centrado en mejorar la asistencia prestada a los pacientes, apostando por el desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías, la telemedicina y la colaboración multiprofesional, entre otras.

Veamos con detalle cuáles son las medidas del futuro que se han aplicado en nuestros hospitales del presente a raíz de la pandemia:

1. Evaluación integral del paciente

En este nuevo paradigma asistencial, la evaluación integral del paciente cumple una función esencial. Gracias a ella, se puede identificar, desde el primer momento, cuál es la situación clínica del paciente, cuál es el riesgo individual que presenta y qué cuidados va a precisar durante su hospitalización.

Con este primer cribaje, se permite establecer una mejor organización y asignación en cuanto a los recursos asistenciales disponibles, de conformidad con las necesidades del paciente y las características del centro.

Esta evaluación integral se ha ido implantando progresivamente en la hospitalización de los pacientes Covid-19, lo que ha facilitado la organización de los profesionales sanitarios pendientes de su cuidado.

Esta función es tan esencial que un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) -junto con el apoyo del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico Universitario de Valencia, y el Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid- han aunado esfuerzos para desarrollar un sistema inteligente capaz de predecir la evolución de la infección de los pacientes Covid-19, facilitando así la evaluación inicial de estos pacientes y mejorando la atención médica recibida.

2. Telemedicina

La telemedicina, como aplicación de las TICs -Tecnologías de la Información y Comunicación- en el ámbito sanitario apareció hace décadas, pero no ha sido hasta este momento, donde ha demostrado todo su potencial.

La telemedicina abarca numerosas funciones y aplicaciones, tanto a nivel asistencial, como organizativo. Además de conseguir una optimización de los recursos disponibles, también elimina las barreras económicas y geográficas, proporcionando un servicio asistencial de calidad.

En el marco de esta pandemia, muchos hospitales y centros de Atención Primaria se han visto obligados a aplicar la telemedicina, de formas muy diversas, obteniendo grandes ventajas:

  • Telemonitorización de las salas de hospitalización, estableciendo un control continuo sobre estos pacientes.
  • Realización de electrocardiogramas con dispositivos portátiles fáciles de usar y esterilizar.
  • Teleasistencia y consultas virtuales, estableciendo un seguimiento y control a pacientes de riesgo intermedio no ingresados, a la vez que incrementando el número de visitas y reduciendo la exposición de los profesionales sanitarios al riesgo de contagio.

3. Atención sanitaria personalizada e innovadora

Una de las características esenciales que debe estar presente en los hospitales del futuro pasa por incluir nuevas herramientas y modelos que permitan ofrecer una asistencia personalizada, flexible e innovadora.

En este sentido, la Covid-19 ha impulsado la aplicación de un sistema asistencial personalizado:

  • Creando rutas asistenciales diferentes: urgencias, salas de hospitalización, cuidados intermedios o críticos.
  • Desarrollando la atención domiciliaria, realizada desde el propio hospital o desde los centros de Atención Primaria.
  • Estableciendo una coordinación fluida entre los servicios clínicos y los laboratorios y radiología.

Nuestros hospitales ya caminan hacia el futuro

Nuestros hospitales han hecho un gran esfuerzo para adaptarse a las nuevas necesidades asistenciales, pero aún queda mucho camino por recorrer.

Debemos seguir apostando por la investigación, innovación y las nuevas tecnologías para crear sistemas asistenciales que sean capaces de dar respuesta a las demandas de los pacientes, creando un sistema de salud que cada vez sea más personalizado, más eficiente y de mayor calidad.

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